jueves, 23 de septiembre de 2010

  Ensayo de metodología de la Investigación

 

Luis Carlos González Buitrago


  
Pbro. Luis Ferney López
Propedéutico
30 de agosto
Segundo Semestre



Seminario Diocesano Nuestra Señora
SDNS


Marinilla- Antioquia
2010
EL CONOCIMIENTO
¿Cómo alcanzar un conocimiento básico?
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El anhelo por sentirnos realizados y superarnos, sin dejar de ser  humildes, es a mi modo de ver el motor que debe arrastrar toda nuestro existir, pensar y desear, porque si existe un porqué, hay un cómo, es decir, si existe el motivo para realizar alguna actividad, yo  me iré buscando la forma de lograr lo propuesto.                                                                  
Partamos de unas palabras que expresa un autor. “El conocimiento es, más que nada, un proceso, no un acto único o algo que se alcanza bruscamente y de una vez; y es un proceso no sólo desde el punto de vista histórico, sino también lo es en lo que respecta, a cada descubrimiento, teoría o hipótesis que se elabore.”[1]
Palabras tan claras  como el agua, Ej. Yo no puedo pretender ser adulto, sin antes pasar por las distintas etapas de la vida como lo son, la infancia, la adolescencia y la juventud. Es como esperar ser  campeón de algún deporte, o cualquier otra actividad, sin poner esfuerzo o pasar por unos requerimientos básicos, como lo es la práctica y el ejercicio constante, sin importar las dificultades.
Teniendo claro que es un proceso que se va dando, podremos entonces entender,  la necesidad de tratar este tema, más aun en una época cambiante, donde cada vez más, se nos pide dar respuestas; de la fe que profesamos, nuestras acciones, actitudes, etc. Además de que también es muy importante ir moldeando el conocimiento, dentro de un ambiente moderno, en el cual conocer a cerca de algo, se ha convertido en un problema profundo, que tiene sus raíces en la mediocridad, en la falta de ardor por conocer más, por el simple sentimiento de ser uno más del montón, cuando en realidad, por ser seres humanos, estamos dotados de unas capacidades, dones y talentos, recibidos de Dios. Que nos diferencia de las demás especies, animales y plantas, dándonos la oportunidad de que podamos ahondar y llegar hasta el punto, de que para nosotros mismos será sorprendente el conocimiento que hemos alcanzado, pues somos creaturas con un propósito claro y es innovar, encontrar significados y dar razón de sentimientos que no se ven claramente obvios.
Para todo esto contamos con una riqueza inmensa, una herramienta maestra que nos ira orientando. Como lo es el trabajo indagatorio, un proceso largo, que poco a poco nos ira llevando a enfrentarnos con un hecho, fenómeno o objeto desconocido, queda muy bien el significado de investigar según el diccionario Larousse “intentar descubrir o conocer alguna cosa, examinando atentamente cualquier indicio o realizando las diligencias para averiguar o aclarar un hecho”  ante lo cual sólo hay una reacción y es aventurarnos a vivir dicha realidad o experiencia acerca del objeto.
Para luego llegar a lo que se denomina dentro de la investigación el método científico que nos lo va a señalar este mismo autor, “del sujeto y objeto”, sujeto el investigador que elabora y genera un conocimiento acerca del objeto, (cosa).  Los cuales tienen  una relación de complejidad, que se articula entre ambos términos. Para entenderlo mejor miremos las palabras que expreso dicho autor, “El sujeto debe ir hacia el objeto y a la vez, salir de sí, abandonar su subjetividad, para poder realizar su intención de comprender, captar y asimilar la realidad de cómo es el objeto. Además nos expresa que sujeto y objeto dos términos que sucesivamente se oponen y compenetran, se separan y se acercan, en un movimiento que se inicia por la voluntad del investigador que desea el conocimiento, este acercamiento del investigador hacia su objeto puede considerarse como la operación fundamental”.[2]

Reconociendo que el conocer, surge necesariamente de la práctica vital y por la preocupación de entender el sentido de  las cosas, podremos, así asimilar  que las primeras aproximaciones en la búsqueda de la verdad, siempre son difíciles, ya que en el trabajo laborioso de investigar, encontraremos grandes obstáculos, grandes rectos por superar, enormes caídas por ignorar. Así lo expresa  este autor.
“En la historia  del pensamiento nunca ha sucedido que alguien, haya de pronto  alcanzado la verdad pura y completa sin antes pasar por el error”.
 Y esto es algo que no sólo lo vemos en las acciones extraordinarias o de una escala científica, sino también en las actividades cotidianas y sencillas, que realizamos de una manera muy natural, pues al parecer lo que no iba a exigir mayor esfuerzo y dedicación, a la hora de hacer las cosas es donde vemos cuan costoso y arduo es hacer que las propuestas nos salgan bien. Lo hacemos una vez y ni siquiera toma la forma de lo que esperábamos, pero ya después de la segunda o tercera vez que realicemos una actividad, veremos un gran fruto. Resultado de un esfuerzo grande y constante, en el que no nos dejamos  desanimar, porque la primera vez no nos salió como lo queríamos.
De lo anterior se puede concluir que para el hombre, el conocimiento se ha ido orientando por, “El deseo y necesidad de saber, de ver las cosas y de enterarse del qué, por qué o para qué”[3] y todo esto por medio de la fascinante experiencia de investigar, y de no quedarnos con lo que simplemente vemos o oímos.
Solo de esta forma podremos alcanzar, tan esperado conocimiento, por supuesto sin olvidar que no va a ser el conocimiento más perfecto, pero por lo menos si lo suficiente para dar razón de nuestro existir.       



[1] El proceso de investigación, Carlos A Sabino.
[2] El proceso de investigación, Carlos A Sabino.
[3]  Los elementos de la investigación, Hugo Cedra

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